domingo, 5 de septiembre de 2010

Sufrir en silencio es un grito desesperado, un grito mudo que ensordece. El vacío se vuelve innombrable porque solo nombrar eso que nos falta nos parte el corazón al medio.




Es como eso que no queres contar para que no se pinche, crees que el solo hecho de nombrarlo puede arruinar todo. ¿Lo que existe en silencio deja de existir si lo ponemos en palabras?



Palabras obvias que no hace falta decir o tal vez justamente por obvias hay que decirlas.

Lo viste mil veces, sabes que pasa, pero hasta no ponerle palabras no es real.

Dicen que somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio. Y yo nunca voy a ser esclava de nada.

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domingo, 5 de septiembre de 2010

Sufrir en silencio es un grito desesperado, un grito mudo que ensordece. El vacío se vuelve innombrable porque solo nombrar eso que nos falta nos parte el corazón al medio.




Es como eso que no queres contar para que no se pinche, crees que el solo hecho de nombrarlo puede arruinar todo. ¿Lo que existe en silencio deja de existir si lo ponemos en palabras?



Palabras obvias que no hace falta decir o tal vez justamente por obvias hay que decirlas.

Lo viste mil veces, sabes que pasa, pero hasta no ponerle palabras no es real.

Dicen que somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio. Y yo nunca voy a ser esclava de nada.

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