Los amores de verano terminan por todo tipo de razones. Pero al fin y al cabo, todos tienen algo en común. Son estrellas fugases, un espectacular momento de luz celestial, una esfimera luz de la eternidad, y en un instante se van.
Cuando la vida te ofrece un sueño que supera ampliamente cualquiera de tus espectativas no es razonable lamentarse de su conclusión
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